Chávez en CiudadCCS: 2.El gran impulsor de la cultura
Segunda entrega de lo prometido.
El gran impulsor de la cultura
El gran impulsor de la cultura
08/03/13.-El
presidente Hugo Chávez nació en un pueblito perdido del llano
venezolano: Sabaneta de Barinas. Creció, pues, en un medio natural,
rodeado de las expresiones ancestrales del quehacer campesino.
Su
oficio de arañero lo vinculó desde niño con la gastronomía regional; y
las labores de ordeño y de arreo del ganado también se encuentran, desde
tiempos inmemoriales, unidos a la canción popular.
Su
andar se acompañó siempre de algún pasaje lastimero o de un joropo
recio. En sus anécdotas aparecían los espíritus de la sabana y su hambre
se sació igualmente con arepas, casabe, negritas y carne en vara,
expresiones todas de su identidad nacional.
Por
todo eso no es de extrañar que la llegada del soldado Hugo Chávez a la
silla presidencial, tras haber recorrido el país entero para empaparse
de pueblo, haya marcado un punto de inflexión en el tratamiento que el
Gobierno ofreció a la cultura.
Durante
la Cuarta República, y muy especialmente en sus dos últimas décadas,
los gobiernos del momento se dedicaron a intentar borrar, por razones
diversas, la identidad nacional venezolana. Quizá la razón más
importante para ello era la necesidad de convencer al pueblo de que las
cosas fabricadas en el exterior eran de mayor calidad que las propias.
Así se justificó la importación de productos innecesarios, pero “que el
pueblo prefiere”, facilitando el desfalco de la nación. El esquema se
repetía en otros países de la región, quedando de relieve que se trató
de una política dirigida desde otros centros de poder.
Una
muestra de esa política fue el decreto 598, del 03/12/1974 (G.O.
30.680) que exigía 50% de producción nacional en las radios. En realidad
no llegaba a 20%.
Ese
proceso de desplazamiento de lo autóctono se trasladó a las
preferencias de la gente, televisión mediante. Desde allí y bajo la
mirada cómplice del Gobierno se arrebató a los cultores la posibilidad
de vivir de su oficio, de su ser creador.
El
instrumento para ello fue el ya extinto Consejo Nacional para la
Cultura (Conac), que asignaba recursos a la presentación del saber y los
artistas foráneos, en detrimento de lo criollo, siempre soslayado.
REVOLUCIÓN Y REIVINDICACIÓN
Con
la llegada de la Revolución Bolivariana esta situación cambia
rápidamente, puesto que el carácter antiimperialista de la misma hacía
resonancia perfecta con los saberes que se mantuvieron latentes durante
años.
Chávez
planteó en 2004 una frase aún vigente: “No hay herramienta, en verdad,
como la cultura, para lograr esa recuperación de conciencia,
resurrección de pueblos, profundización de quienes hemos sido, quienes
somos, y quienes podemos ser…”
En
el Proyecto Nacional Simón Bolívar (2007-2013) quedó expresa la
intención reintegradora en un capítulo llamado “Masificar una cultura
que fortalezca la identidad nacional, latinoamericana y caribeña”. Era
la primera vez que la cultura era considerada de ese modo en un proyecto
nacional. Pero el impulso no comenzó en ese momento, sino que ya se
había gestado por medio de importantes antecedentes.
Un
paso clave para este renacer de la cultura es el inicio de los
programas Aló Presidente en Radio Nacional de Venezuela. Aunque Chávez
no fue el primer jefe de Estado en hacer programas de radio o televisión
(Rafael Caldera hacía micros llamados “Habla el Presidente”), esta vez
era diferente. No soltaba este hombre datos fríos de macroeconomía, sino
que, desde el éter llegaban, mezclados con los logros de gestión,
cantos y voces de nuestro terruño.
Chávez
habló con lenguaje de pueblo y en clave criolla. A la par que se
fortalecía su vínculo natural con el pueblo, también reaparecían
vocablos y anécdotas que sólo un venezolano puede comprender.
Otro
paso fue vincular al pueblo con la lectura. Primero impulsando una
campaña de alfabetización que logró erradicar casi totalmente el absurdo
manto oscuro de no poder leer ni escribir. Luego, con la distribución
masiva de libros; primero muy pequeños y de contenido social, pero
pronto de gran altura literaria, como el millón de ejemplares de Don
Quijote y de Los Miserables.
Ya
había pasado el tiempo de los golpistas, derrotados con el referendo de
2004. Se podía dedicar tiempo y asignar más recursos al tema cultural.
El antiguo Conac inició una transformación que lo convertiría en un
ministerio, y una vez establecido este nuevo órgano, se inició la
transformación de sus entes adscritos y la creación de nuevas
instituciones que estimularían la visión inclusiva de la cultura que
tanto necesitaba el país.
Así,
pronto se hizo evidente la necesidad de tener más y mejores imprentas;
de ofrecer conciertos gratuitos para que el pueblo pudiese disfrutar de
sus propios saberes; la necesidad de ofrecer estipendios a grandes
cultores que habían sido abandonados, con saña, en la última gaveta de
las prioridades del país. También se hizo evidente que un pueblo
organizado y conocedor de sus derechos se haría rápidamente más culto y
más ávido de conocimientos.
LA CULTURA ES EL PUEBLO
Los
entes culturales, ahora organizados en plataformas de acuerdo con su
área de trabajo o estudio, se abocaron a la tarea de visibilizar lo más
genuino del quehacer cultural criollo. El Ministerio del Poder Popular
para la Cultura estableció, colocándolo en sus producciones y
publicaciones, un lema que activaba la conciencia de una dupla
fundamental: “La cultura es el pueblo”.
Y
efectivamente, un intenso trabajo de recopilación, sistematización y
difusión de los saberes populares permitió que, por todos los medios a
disposición del Estado, pudiera mostrarse la enorme diversidad cultural
que nos amalgama y define a un tiempo.
Dentro
de ese crisol que nos fragua como nación, Chávez destaca por su verbo y
liderazgo incombustible, mientras que a un tiempo su condición de zambo
lo mimetiza entre su pueblo, al que llamó a resurgir, a pesar de todo
el olvido al que se le sometió en pos de los intereses trasnacionales.
¡Chávez es el pueblo y el pueblo es la cultura!
__________
Momentos clave en la cultura en Revolución
1
El primer Aló Presidente. El 23 de mayo de 1999, el pueblo venezolano
escuchó una nueva manera de hacer radio participativa, inaugurando un
espacio de encuentro con la cultura popular.
2
La Misión Robinson. En 2003 aparece la Misión Robinson, destinada a
erradicar el analfabetismo del territorio nacional. Contra los primeros
pronósticos, con el apoyo del sistema Yo sí puedo, creado por el
Gobierno cubano, se cumple el objetivo y Venezuela se declara libre de
analfabetismo.
3
Comienza la transformación del Conac. En 2003 se integra el Consejo
Nacional de la Cultura al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes,
en lo que sería el primer paso para su liquidación y la aparición del
actual Ministerio del Poder Popular para la Cultura.
4
Distribución masiva de libros. Aunque ya las comunidades habían
recibido libros escolares, en 2005 se produce un boom con la
distribución de un millón de ejemplares de Don Quijote de La Mancha.
Luego, sería el turno para Los Miserables.
5
Creación del Ministerio de la Cultura. El 10 de febrero de 2005 se da
rango ministerial, con cartera, al renglón cultura; esto significará la
asignación de recursos para proyectos y cultores.
6
Creación del Centro de la Diversidad Cultural. En el año 2005 la Unesco
aprueba con sólo dos abstenciones (EEUU e Israel) la promoción de la
Diversidad Cultural en contraposición a la hegemonía de las “industrias
culturales”. Un año más tarde, Chávez ofrece organicidad para ello con
la creación del Centro de la Diversidad Cultural.
7
Inclusión de la cultura en el Plan Nacional Simón Bolívar. En 2007 se
convierte en línea de desarrollo nacional el fortalecimiento de una
identidad nacional, latinoamericana y caribeña.
EDUARDO PARRA ISTÚRIZ/CIUDAD CCShttp://www.ciudadccs.info/?p=396553
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